Órgano mural
Se trata de un órgano que al estar construido en piedra y totalmente adosado a la pared o fábrica, se integra perfectamente con la misma. Puede incluso llegar a formar parte del muro, siendo altamente decorativo y con una gran calidad acústica.
Puede ser de cualquier forma y medida, según el número de tubos que se quiera incorporar.
El primer órgano mural de mármol lo hizo Iván Larrea para Guillermo D´Aubarede en su ermita particular de su finca de Calasparra (Murcia).
Tiene la originalidad en la colocación de los tubos de que los agudos están puestos boca abajo en la parte inferior de la imposta de mecanismos, con lo que se consigue dos objetivos, uno: estético, y otro: quedan protegidos del polvo que tanto desafina los tubos pequeños de los órganos que tienen los tubos de pie, y de esta manera no se desafinan por el mismo.
Debido a esta distribución de los tubos y a que se quería automático, la transmisión es electro electrónica, y funciona a través de un ordenador o interpretador MID incluso con mando a distancia desde el teléfono móvil. Así pues es un órgano automático (que toca sólo o sea sin la necesidad de un intérprete manual presente como sucede con un equipo de música), pero con el sonido natural de la piedra , del instrumento en sí, sin pasar por la distorsión de grabación alguna. También dispone de una consola de dos teclados y pedal, para poder tocarlo de forma manual por un organista.
Consta de 2 familias de 80 tubos cada una, cueva profundis 16´y Obelisfón 8´ abierto. Con acoplamientos de octava y quincena de cada uno de ellos en todos los teclados.